En IM CLINIC recomendamos las prótesis mamarias de gel cohesionado de silicona de última generación. El riesgo de ruptura o fuga es mínimo y se consigue un resultado muy natural, a diferencia de las de suero salino. Existen prótesis lisas, rugosas, con forma redonda, de gota… Es decir, en función de las necesidades de la paciente, el cirujano aconsejará cuáles son los mejores implantes según el estilo de vida de la paciente.

Se han realizado muchos estudios y ninguno de ellos ha demostrado que las prótesis mamarias, ya sean de suero o de silicona, produzcan ningún tipo de enfermedad. En cuanto a la relación entre el cáncer de mama y los implantes mamarios, la situación es la misma.

Las prótesis mamarias de silicona hace más de 50 años que vienen utilizándose y los distintos estudios no han demostrado que haya una mayor incidencia de cáncer de mama u otras enfermedades tumorales o autoinmunes en las mujeres que se han sometido a una intervención con implantes mamarios. De hecho, este tipo de prótesis son las que se usan en todo el mundo para realizar una reconstrucción de mama post mastectomía. De todas maneras, se recomienda a las mujeres con enfermedades inmunológicas severas que descarten este tipo de intervención.

Todas las mujeres con estos antecedentes de cáncer de mama deben controlar su estado de salud rigurosamente, pero el uso de implantes mamarios no desencadenará nunca la aparición de un tumor.

En principio, no habrá problemas con la lactancia materna después de un aumento de pecho si la prótesis se ha colocado detrás del músculo pectoral. Existen otras intervenciones como la maxtopexia con aumento o la reducción de pecho con prótesis mamarias en las que la lactancia natural sí que se puede ver alterada. En cualquier caso, la paciente siempre deberá consultar su caso con el cirujano.

En un principio, las prótesis mamarias son para toda la vida. Solo deberían cambiarse en el caso de rotura, fuga o excesivo desgaste.

Cuando el implante mamario es de silicona, la única alteración en estos casos es lo que en medicina se denomina siliconoma. Es decir, una reacción fibrosa alrededor del material que ha salido. Aunque hoy día, con las prótesis de gel cohesivo se evitan las fugas y los problemas derivados.

En caso de que sucediera, sería necesario retirar el implante mamario para evitar que la zona se inflame o endurezca y substituir la prótesis. Si la prótesis mamaria es de suero salino, el cuerpo reabsorbe sin problemas el líquido, pero hay que recambiarla porque el efecto visual es importante.

En IM CLINIC solemos colocar las prótesis debajo del músculo, por lo que su peso no repercute en la piel. Después de la colocación de implantes mamarios el pecho sigue su evolución natural. Hemos constatado que en pacientes con prótesis de pecho, la flacidez producida por el paso del tiempo es menor.

En IM CLINIC preferimos la colocación de prótesis mamarias, en casi todos los casos, por debajo del músculo pectoral. El emplazamiento submuscular disminuye el porcentaje de contractura capsular, separa la prótesis de la glándula mamaria y proporciona un pecho más natural, evitando esos pechos excesivamente redondos, antiestéticos y con un movimiento muy restringido.

Cuando introducimos cualquier tipo de prótesis mamaria en nuestro organismo, este reacciona revistiéndola con una membrana fibrosa. Esta cápsula o membrana no suele causar ningún tipo de molestia.

Pero en mínimas ocasiones, puede producirse un desarrollo excesivo de dicha membrana causando malestar, endurecimiento del pecho y/o una deformación de la mama. Esto es lo que se conoce como contractura capsular y su tratamiento dependerá de su grado. Cuando el caso es avanzado, es posible que se aconseje una intervención para solucionarlo.