En este tipo de intervención es normal sentir hinchazón o tirantez en las áreas donantes del cuerpo y en las receptoras durante las primeras 48 horas tras la operación. Incluso, puede que salgan moratones. Sin embargo, el equipo médico puede recetar medicación para reducir las molestias, las cuales forman parte del proceso habitual de recuperación.

La recuperación total puede variar de una persona a otra según la cantidad de grasa que se ha extraído y dependiendo de la duración del procedimiento. No obstante, siempre se recomienda esperar al menos una semana hasta retomar una vida normal.

No obstante, el doctor te dará todas las pautas a seguir tanto antes como después de la intervención. Estarán completamente adaptadas a ti y a tu estilo de vida.

Las cicatrices del lipofilling son prácticamente imperceptibles, tanto en las zonas donantes como receptoras. Esto se debe a la utilización de unas cánulas extremadamente finas para la extracción e infiltración y a la elección estratégica de las zonas sobre las que se actúa. El objetivo es que se disimulen lo máximo posible con el paso del tiempo.

Los resultados suelen ser duraderos, ya que una parte de la grasa transferida se integra permanentemente en el tejido facial.

Nuestro equipo suele recomendar esta técnica a personas de entre 40 y 60 años. Sin embargo, también es habitual que se realice en personas de 30 años si el cirujano lo ve apropiado y cree que es la mejor opción para la paciente. En definitiva, desde la primera visita el equipo médico te guiará para que elijas la mejor opción según tus necesidades y objetivos.