El lipedema es una enfermedad del tejido adiposo que provoca un acúmulo progresivo, simétrico y doloroso de células grasas en las extremidades, especialmente en las piernas. Se caracteriza por un acúmulo de grasa en brazos y piernas, sobre todo, en las extremidades inferiores.

Esta operación se ha convertido en el tratamiento más eficaz del lipedema, consiguiendo una relevante mejora de la calidad de las pacientes tanto a corto como a largo plazo.

En ocasiones se confunde esta enfermedad con otras patologías como el sobrepeso o el linfedema, dando un diagnóstico erróneo. Los principales síntomas para identificar el lipedema en un paciente son:

• – El aumento de volumen en la zona y una desproporción respecto al resto del cuerpo. 
• – Dolor y pesadez crónica en piernas o brazos. 
• – Brotes inflamatorios frecuentes. 
• – Picor en las piernas o presencia de equimosis (hematomas grandes).
• – Sensibilidad al tacto. 
• – Aparición de la copa de Cuff o signo de Cuff. Se trata de un acúmulo de grasa localizado por encima del tobillo formando una especie de borde de copa. 

Además cabe añadir que a pesar de las dietas, no se logra reducir el volumen en las áreas donde se sufre el lipedema, habitualmente piernas y/o brazos, ya que no es un problema de sobrepeso.

En términos generales, este trastorno viene provocado por un incremento de peso considerable, así como también puede surgir debido a trastornos hormonales como hipotiroidismo, ovarios poliquísticos, entre otros. Además, esta enfermedad que afecta al tejido adiposo, se puede sufrir en cualquier momento de la vida, ya sea en la pubertad, durante el embarazo o la menopausia.

Sí, aunque habitualmente el lipedema afecta sobre todo en los miembros inferiores, incluyendo piernas, caderas y glúteos. Sin embargo, también encontramos casos en los que esta patología se presenta en los brazos, o incluso,  coexiste en brazos y piernas. Por lo tanto, esta enfermedad se manifiesta de manera distinta en cada persona. Por eso, desde IM CLINIC trabajamos con tratamientos quirúrgicos adaptados a las necesidades de cada paciente.

Existen dos tipos de tratamientos, los conservadores, que ayudan a mitigar las molestias y reducir el dolor gracias a una combinación de técnicas multidisciplinares como nutrición, actividad física dirigida, fisioterapia, terapias manuales, aparatología… Y el uso de medias de compresión linfática. Estos tratamientos pueden mejorar la calidad de vida de la paciente, pero no consiguen una reducción pronunciada del volumen graso.

Los tratamientos quirúrgicos como la operación de lipedema son los únicos procedimientos que consiguen resultados inmediatos y a largo plazo, eliminando parte del tejido graso y manteniendo el sistema linfático activo.

El tiempo de recuperación puede variar según la cantidad de grasa extraída tras la operación de lipedema. Por lo general se suele hacer vida normal tras las tres o cuatro semanas de la operación.

Durante las primeras semanas de postoperatorio es aconsejable utilizar medias de compresión de tejido plano que no sean demasiado apretadas. De este modo, se previene la aparición de ampollas o rojeces y se acelera la recuperación y bienestar del paciente.

Se recomienda hacer una media de 3 a 5 sesiones de drenaje linfático a la semana para una rápida recuperación. Incluso es recomendable caminar, una vez que uno empieza a encontrarse mejor.

Podrás ducharte con normalidad pasadas las primeras 24-48 horas. No obstante, desde IM CLINIC te recomendamos que las primeras veces lo hagas acompañado y seques de una manera óptima las incisiones con el aire frío del secador.

Hacer reposo los primeros días es crucial para una buena recuperación. Habitualmente se recomienda que estés unos siete días de reposo siguiendo en todo momento las indicaciones sugeridas por parte del equipo médico. De esta forma, el paciente podrá recuperarse progresivamente pudiendo caminar de nuevo a un ritmo normal después de una semana aproximadamente.

La estancia en IM CLINIC será muy corta, normalmente es de solo una noche de hospitalización. En términos generales, una estancia de 36 horas en la clínica es suficiente para llevar a cabo la cirugía y realizar un seguimiento médico posterior.

La operación de lipedema consigue una mejora muy sustancial de la calidad de vida, pero no hace desaparecer la enfermedad.

Dependerá de cada caso, de la gravedad del lipedema, del tipo de actividad que desarrolles, etc. Lo habitual es que en 4 semanas puedas reincorporarte a tu día a día.

Después de una operación de lipedema se mejora notablemente la calidad de vida del paciente, puesto que se reduce considerablemente el dolor, volumen de grasa y eliminación de la sensación de pesadez.