El procedimiento de lipofilling facial consta de varias etapas. En primer lugar, se realiza una evaluación exhaustiva del paciente para determinar las áreas que requieren tratamiento y la cantidad de grasa necesaria. Luego, se realiza la liposucción, lipoescultura HD o lipo vaser para extraer la grasa de la zona donante, que suele ser una parte del cuerpo con exceso de grasa, como el abdomen o los muslos. Una vez obtenida la grasa, se somete a un proceso de purificación y procesamiento para eliminar impurezas y células no deseadas. Finalmente, la grasa purificada se inyecta cuidadosamente en las áreas deseadas del rostro, utilizando técnicas precisas para lograr resultados naturales.
Según el Dr. Ivan Mañero, cirujano plástico estético y reparador de IM CLINIC, los avances en el lipofilling han permitido optimizarla y utilizarla de manera más eficaz. “Los avances técnicos en los injertos de grasa han permitido mejorar mucho la técnica y los procesos de extracción, de depuración y de infiltración de la grasa. Esto hace que sea más estable y que su reabsorción sea menor, con lo que los resultados son más duraderos’’, explica el Dr. Mañero.