Consulta inicial:
Durante una primera visita, tu cirujano plástico analizará la calidad de la piel y los tejidos subyacentes, así como la existencia de grasa acumulada en la zona del cuello. Además, evaluará tu historial médico y tus hábitos de vida, como por ejemplo si fumas (muy pernicioso para la cicatrización de la piel) o bebes alcohol. También te proporcionará información detallada sobre el procedimiento, los riesgos y las expectativas realistas sobre los resultados.
Preparación preoperatoria:
Antes de la cirugía, se te darán instrucciones específicas sobre cómo prepararte. Esto puede incluir dejar de fumar y evitar ciertos medicamentos y suplementos. También se te pedirá que te sometas a pruebas preoperatorias, como análisis de sangre y evaluaciones médicas.
La cirugía de lifting cervical:
Es relativamente corta que puede llevarse a cabo con anestesia general o local con sedación. Suele requerir una noche de ingreso. Durante la intervención, el cirujano realiza incisiones estratégicas, generalmente, bajo el mentón y/o alrededor de las orejas. Estas incisiones están diseñadas para ser pequeñas, discretas y están ubicadas en áreas donde las cicatrices serán menos visibles.
Una vez que se realizan las incisiones, el cirujano accede a las capas profundas de tejido del cuello. Se reposicionan los tejidos subyacentes, incluidos los músculos y la grasa, para corregir la flacidez y la laxitud en el área del cuello y la mandíbula. Después de reposicionar los tejidos, se tensa la piel para eliminar el exceso y crear un contorno más firme y juvenil en el cuello y la mandíbula. El cirujano cierra las incisiones con suturas finas.