El estrés, el cansancio y la falta de sueño tienen un efecto directo en la piel. Hoy en día, lo más común es llevar un ritmo de vida acelerado donde apenas podemos encajar momentos de distensión y descanso. Esto no solo afecta a nuestro estado de ánimo sino que se hace visible en nuestro aspecto físico.

Una de las partes donde más se manifiesta dormir poco es en la mirada. La piel del contorno de los ojos es la más frágil y delicada del cuerpo. El espesor de la dermis de esta zona del rostro es cinco veces más fina que la del resto de la cara, que a su vez, es cinco veces más fina que la del cuerpo, por lo que tiene menor cantidad de fibras de colágeno, elastina y de glándulas sebáceas. Además, en el contorno del ojo hay 22 músculos periorbitales que están en constante movimiento, por lo que la piel se distiende con facilidad, volviéndola aún más delicada.

La formación de bolsas debajo de los ojos y el oscurecimiento de esta zona están estrechamente ligados a factores genéticos. Sin embargo, esta predisposición se puede ver alterada por un estilo de vida poco saludable. Una de las principales causas de su aparición es no dormir las horas necesarias que precisa el cuerpo para descansar y recuperarse de una dura jornada laboral.

Según un estudio publicado en la revista Sleep, las personas que no duermen las horas suficientes tienen ojos hinchados, ojos rojos, párpados caídos, arrugas y ojeras. Los investigadores lo atribuyen a la retención de líquidos que se genera en el cuerpo, afectando especialmente esta zona del rostro por su mayor fragilidad y debilidad.

Por el contrario, los investigadores afirman que las personas que duermen de 6-8 horas diarias, lucen un aspecto más saludable y atractivo.

¿Sabes cuál es la diferencia entre las bolsas y las ojeras?

Cuando pasamos la noche en vela o no dormimos lo necesario, el cuerpo sufre deshidratación y una de las partes que más lo acusa es el rostro. En concreto, esta deshidratación provoca retención de líquidos y esto se refleja, especialmente, en la mirada. Los ojos se hunden y la piel se hincha formando las odiosas bolsas debajo de los ojos. A este desajuste horario se le suma, mayoritariamente, un factor genético muy elevado difícil de evitar. Esto se hace visible, sobre todo, porque se aprecia una hinchazón constante en la zona periocular, además de un exceso de grasa y piel sobrante en la zona.

Respecto a la formación de ojeras, su causa es distinta, aunque también viene provocada por la deshidratación del rostro debido al cansancio. Como consecuencia, los vasos sanguíneos de la piel se dilatan haciendo notar el color azulado de las venas y oscureciendo el contorno de los ojos.

Blefaroplastia global, un nuevo concepto de rejuvenecimiento

La blefaroplastia es la cirugía que elimina las bolsas de los ojos y corrige los párpados caídos, pero la blefaroplastia global va mucho más allá incidiendo en todos los rasgos que configuran la mirada para rejuvenecerla de una manera completa, armónica y natural.

Y es que los factores que envejecen los ojos de una persona no se acotan a lo más evidente: la flacidez de la piel del párpado, que hace que éste caiga sobre el ojo otorgándole una sensación de “persianita”; o la acumulación de grasa en la parte inferior, creando las bolsas. A medida que cumplimos años, por ejemplo, el ojo pierde su inclinación juvenil (con unos grados ligeramente más elevada del exterior) tendiendo hacia una línea más horizontal; la piel que lo rodea se vuelve más fina por la pérdida de grasa, otorgándole una sensación de ojos hundidos; las cejas pueden haber perdido su altura o quizás sólo una de ellas, lo que además dan al rostro una expresión opaca y asimétrica.

La nueva técnica cambia la estrategia a la hora de abordar una blefaroplastia, ahora no sólo se propone eliminar aquello que sobra, ya sean las bolsas, la grasa o la piel, sino también devolver aquello que se ha perdido, como por ejemplo, la grasa facial, la inclinación del ojo o la altura de la ceja. Es decir, el objetivo, no es quitar aquello que nos hace parecer más mayores, cansados y de mal humor, sino también embellecer y rejuvenecer la zona de los ojos en todo su conjunto. La blefaroplastia global es una cirugía un poco más larga que la tradicional aunque normalmente es ambulatoria, por lo que el paciente puede volver a casa el mismo día de la intervención. Se puede dar algo más de inflamación durante los primeros días, pero los resultados son mejores y más duraderos.

Carboxiterapia para las ojeras

La carboxiterapia es un procedimiento no quirúrgico que consiste en inyectar CO2 (Dióxido de Carbono) médico por vía subcutánea para mejorar el flujo sanguíneo en los capilares del contorno del ojo. Con ello se consigue reducir la inflamación de la zona y aclarar el color oscuro del surco lagrimal.

La inyección intradérmica de CO2 provoca una activación de los tejidos gracias a la estimulación sanguínea que genera este gas. Como resultado, la sangre fresca y renovada hace que los nutrientes lleguen a esta zona con más facilidad recobrando un aspecto descansado y saludable en la mirada.

En cada sesión se realizan varios pinchazos superficiales en la dermis reticular. Esto permite que el gas esté dispersado por la zona a tratar para así tener un efecto completo y simétrico. A medida que pasan las sesiones, el profesional va adaptando el tratamiento en función de la mejoría del paciente.

LPG y di adiós a las bolsas

Como ya venimos diciendo a lo largo del artículo, el contorno de ojos es una de las zonas más delicadas del rostro, extremadamente fina y frágil. Con el tratamiento específico del contorno de ojos de LPG, ahora es posible reducir las bolsas y alisar las arrugas y líneas de expresión alrededor de los ojos, proporcionando un aspecto visiblemente más relajado y más joven.