Como hemos visto, el hábito de fumar tiene efectos perjudiciales significativos en la salud de la piel. Por lo que la prevención y la cesación del hábito de fumar son cruciales para mantener la salud y la juventud de la piel.
Si adoptamos un estilo de vida saludable y dejamos de fumar, mejoraremos la salud general de la piel y reduciremos la probabilidad de desarrollar problemas cutáneos asociados al consumo de tabaco. De hecho, a partir del quinto día alejados del tabaco, nuestro aspecto mejorará. La piel recupera parte de su capacidad de hidratación, mejora la luminosidad y se vuelve más densa y tersa.