Este tipo de pecho se puede identificar por: un pecho en forma de tubo o cónico, areolas grandes en proporción a la mama, ausencia del polo inferior, polo superior vacío, separación entre pechos (sin volumen en el escote), elevación del surco submamario y/o hernia areolar. Además, suele asociarse a una caída de la mama, asimetría mamaria e hipoplasia (pechos muy pequeños).

La operación de mamas tuberosas consiste en corregir la malformación del pecho en su totalidad, garantizando un resultado natural. De esta forma, se persigue hacer una remodelación del tejido mamario para distribuirlo de la manera más uniforme posible y conseguir una simetría perfecta.

Es normal que durante los primeros dos o tres días sientas cierta tirantez o molestias. Todo ello se puede controlar con la medicación que te recetará tu médico.

Es un procedimiento totalmente normal y puede durar hasta un mes después de la intervención. Será entonces cuando las mamas empezarán a tener un aspecto más natural. Sin embargo, seguirá habiendo pequeños cambios hasta que el proceso finalice, más o menos a los seis meses de la cirugía.

La remodelación mamaria consigue normalizar la anatomía mamaria, haciendo que la mujer recupere un pecho bonito, simétrico, bien posicionado y armónico.

En seguida podrás ver cómo ha cambiado el volumen y la forma de tus mamas. Pero deberás esperar aproximadamente un mes para poder apreciar los resultados de la cirugía. Normalmente, a los seis meses, podrás ver el resultado definitivo.