Muchas mujeres conviven con el lipedema sin saberlo, por un desconocimiento de los síntomas o un diagnóstico equivocado. Suelen ser personas que perciben sus brazos como desproporcionadamente grandes en comparación con el resto del cuerpo y que, aunque se esfuerzan en hacer ejercicio y seguir dietas restrictivas, no ven mejora alguna en esta parte del cuerpo, que se mantiene inflamada y empeora con el tiempo.

 

Si es tu caso y además percibes molestias y sensibilidad al tacto, presencia de moratones y nódulos bajo la piel, puedes formar parte de ese porcentaje de la población mundial femenina–entre el 6% y el 15%– que sufre esta alteración que suele presentarse en las piernas, pero que también afecta a los brazos. A continuación te contamos todo lo que tienes que saber.

El lipedema es un trastorno del metabolismo que sufren en mayor medida las mujeres (entre el 10-15%) y que consiste en una acumulación anormal de grasa en las extremidades que provoca, entre otros síntomas, dolor, pesadez, aumento de volumen, aparición de hematomas, sensibilidad y picor. Es, en realidad, una enfermedad crónica y progresiva que afecta sobre todo a las piernas, pero también puede darse en los brazos, y que, a menudo, tiene un diagnóstico complicado.

 

Y es que, aunque es una patología del tejido graso, no está relacionada con la celulitis, ni vinculada a los casos de obesidad, a menudo tiende a confundirse con estas dolencias, lo que retrasa el diagnóstico y afecta enormemente a la calidad de vida de las afectadas.

Así, aunque faltan estudios al respecto, se cree que su origen es hormonal y genético. Y es que el lipedema de brazos suele desarrollarse en momentos de cambios hormonales importantes, como durante la pubertad, el embarazo y la menopausia. También cabe destacar la predisposición genética de este trastorno, por lo que, suele ser habitual la presencia de antecedentes familiares. Así, se calcula que en torno al 50% de las mujeres que sufren lipedema cuentan con otros casos en su familia.

 

Puesto que su apariencia puede asociarse al sobrepeso o la celulitis, a menudo, muchas mujeres encuentran dificultades para saber si tienen lipedema de brazos. Y es que su diagnóstico se puede demorar entre 5 y 7 años, lo que afecta enormemente a la calidad de vida de las pacientes, tanto en el plano físico como emocional.

 

Uno de los rasgos que identifican a esta dolencia es que esa acumulación de grasa extraordinaria no se elimina con ejercicio físico o déficit calórico. Además, hay una serie de síntomas que pueden hacerte sospechar de que puedes estar desarrollando esta condición, si bien es cierto que varían en gravedad de una mujer a otra:

 

  • Esa acumulación de grasa desproporcionada puede darse en un cuerpo con peso normal, o incluso bajo.
  • Es frecuente que se note sensibilidad y dolor en las zonas afectadas, incluso con el roce de la ropa o una caricia.
  • Puede presentarse con nódulos y bultos que se perciben debajo de la piel, también dolorosos al tacto y causantes de una piel irregular y con hoyuelos.
  • A menudo aparecen hematomas sin necesidad de que haya habido golpes en la zona.
  • La acumulación severa de grasa puede llevar a afectar la movilidad, con una sensación de pesadez y de fatiga al realizar las tareas cotidianas.
  • Se presenta sobre todo en las piernas, especialmente, en caderas y muslos.

 

Lipedema vs. celulitis

Tanto el lipedema como la celulitis son patologías del tejido graso, aunque completamente diferentes, ya que, por ejemplo, la celulitis puede presentarse en mujeres con piernas delgadas. Se trata de una acumulación de tejido adiposo que forma nódulos y hoyuelos (la conocida como piel de naranja), que se localiza en caderas, muslos, nalgas y abdomen, mientras que el lipedema se localiza exclusivamente en las piernas o brazos. A diferencia de este, la celulitis no suele ser dolorosa, ni causa la aparición espontánea de moratones.

 

Por otra parte, sabemos que la celulitis sí suele mejorar con ejercicio físico y un cambio en la alimentación, además de algunos tratamientos corporales: maderoterapia, mesoterapia, endermología (LPG), ondas de choque, radiofrecuencia, etc. Sin embargo, ninguno de esos tratamientos resulta eficaz en el caso del lipedema.

 

Lipedema vs. obesidad

La obesidad implica tener un peso por encima del que se considera saludable teniendo en cuenta la estatura y la edad. Es una enfermedad crónica relacionada con otros problemas graves de salud como la diabetes, el cáncer o las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, tiende a ser confundida con el lipedema porque también se puede presentar en pacientes con obesidad. Sin embargo, mientras la obesidad afecta igualmente a hombres y mujeres, no se manifiesta con desproporción en el cuerpo y responde a la dieta y el ejercicio, el lipedema tienen mayor incidencia en las mujeres, se percibe como una acumulación grasa desproporcionada y no responde al ejercicio ni la restricción calórica. De hecho, el lipedema de brazos puede darse en mujeres con un peso ideal e incluso en casos de delgadez extrema.

 

IM CLINIC te ofrece un abordaje multidisciplinar y personalizado para el tratamiento del lipedema de brazos, que incluye servicios de tratamiento nutricional, fisioterapia, aparatología avanzada, seguimiento hormonal, acompañamiento emocional, tratamientos conservadores y lipoescultura asistida por vibración (PAL).

Alimentación

Aunque un cambio en la dieta no puede curar el lipedema de brazos, sí que puede contribuir a reducir la inflamación y mejorar los síntomas. Por eso, es probable que los especialistas del área nutricional de IM CLINIC te recomienden llevar una dieta antiinflamatoria rica en frutas, verduras, proteínas magras, y grasas saludables, eliminando los alimentos procesados, azúcares refinados y grasas saturadas que puedan empeorar la inflamación y el dolor.

Fisioterapia

Es un elemento clave para tratar el lipedema de brazos, ya que puede ayudar a mejorar la movilidad, reducir el dolor y frenar el avance de la enfermedad. ¿Cómo? Mediante técnicas de drenaje linfático manual, masajes terapéuticos y ejercicios para mejorar la circulación y la fuerza muscular que resultan muy efectivos. Además, la fisioterapia puede ayudar a aliviar esa sensación de pesadez y a reducir la hinchazón en los brazos.

Tratamientos conservadores

Son tratamientos que se centran en mejorar la calidad de vida sin recurrir a la intervención quirúrgica, como son la terapia de compresión para reducir la hinchazón y el dolor, y la hidroterapia, que utiliza el agua para mejorar la circulación y reducir la inflamación. Además, el equipo médico puede recurrir a la administración de medicamentos antiinflamatorios y analgésicos para controlar los síntomas, que puede ser muy efectivo para el tratamiento a largo plazo del lipedema.

Cirugía para el lipedema de brazos

La cirugía es una opción que suele considerarse cuando las medidas conservadoras no funcionan con el lipedema de brazos. Una de las intervenciones más frecuentes es la liposucción o lipoescultura PAL, que implica una aspiración suave de la gasa mediante cánulas delgadas, que se lleva a cabo con incisiones pequeñas en puntos estratégicos y poco visibles. Esta operación de lipedema ayuda, no solo, a disminuir el volumen en los brazos, sino a mejorar la calidad de vida.

 

El tiempo de intervención oscila entre 4-8 horas, siendo necesario el ingreso durante 1-2 noches y la utilización de anestesia general. La recuperación lleva en torno a dos semanas en las que suele recomendarse el drenaje linfático y la utilización de medias de compresión para mejorar la inflamación postquirúrgica. El reposo será esencial en los primeros días, tras los cuales es posible que se te recomiende caminar. Tras unas 3-4 semanas, podrás hacer vida normal.

 

El postoperatorio dependerá de cada paciente, de la gravedad del lipedema y la cantidad de grasa que se deba extraer, aumentando las molestias y el tiempo de la intervención, cuanto mayor es dicha acumulación. Eso sí, los resultados son inmediatos tras la operación y la paciente suele apreciar esa disminución de volumen y una gran mejoría en los síntomas. Dependiendo del caso, a veces pueden ser necesarias varias intervenciones o una para retirar el exceso de piel resultante de la eliminación del lipedema en los brazos.

 

En IM CLINIC contamos con un equipo multidisciplinar especializado, liderado por el doctor Sebastián Rosell, cirujano plástico experto en lipedema, que te proporcionará una total confianza a la hora de diagnosticar y tratar tu lipedema de brazos.

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