El ejercicio mejora la circulación sanguínea, lo que aporta oxígeno y nutrientes a la piel, dándole un brillo saludable. Actividades como el yoga, bailar, ir en bicicleta, nadar, etc. son ideales para desintoxicar el cuerpo. Pero además, puedes aprender a hacer ejercicios faciales que refuerzan la musculatura del rostro, lo que contribuye a retrasar la aparición de flacidez facial, mejora la microcirculación sanguínea de la cara y elimina toxina y líquidos que podrían acumularse.
No olvides limpiar tu rostro después de hacer ejercicio para evitar obstrucciones en los poros.