La incontinencia de orina por esfuerzo es mucho más habitual de lo que se piensa, pero ocho de cada diez mujeres que lo padecen no suelen acudir a un especialista, ya sea por vergüenza, porque no saben que existe una solución o, porque simplemente, se les ha hecho creer que es normal.

Es una buena candidata cualquier mujer que tenga pérdidas de orina como consecuencia de un esfuerzo físico. Este problema no siempre está asociado a la edad, ya que se calcula que un 40% de las mujeres que lo sufren tienen entre 30 y 60 años.

Existen dos tipos de tratamiento en función de la gravedad de los síntomas y de la afectación de la calidad de vida de la mujer. Si la situación no es grave se opta por un tratamiento rehabilitador del suelo pélvico (ejercicios, correcta higiene postural, estimulación eléctrica, pesarios, etc.) y ciertos cambios dietéticos.

Cuando el caso es más grave, la cirugía consiste en corregir el soporte de la uretra para que esta se cierre al realizar una actividad física colocando una malla debajo de la uretra, a través de la vagina.

Existen varios factores que favorecen la aparición de la incontinencia urinaria, entre los más comunes están haber tenido varios partos vaginales, problemas de suelo pélvico, sufrir estreñimiento, sobrepeso, ciertas enfermedades como diabetes, hernias discales, esclerosis múltiple, consumir habitualmente diuréticos, edad avanzada, …

Es una cirugía mínimamente invasiva, ambulatoria que se realiza con anestesia local.

Todas las pacientes notan una importante mejora. Entre el 95% de las pacientes aseguran que el problema se ha resuelto completamente.

Es una cirugía con muy pocas posibles complicaciones, tanto durante como después de la cirugía.

Existen ejercicios y tratamientos para el suelo pélvico que pueden evitar pasar por quirófano. Deberás consultar con un especialista en suelo pélvico.

En algunas mujeres en las que la musculatura del periné está muy afectada, en ocasiones los ejercios y tratamientos no invasivos no siempre funcionan.