El lifting facial es una intervención quirúrgica diseñada para rejuvenecer y revitalizar el rostro. Esta cirugía estética facial, también conocida como ritidectomía, busca corregir los signos del envejecimiento del rostro, como la flacidez de la piel, las arrugas y la pérdida de volumen, devolviendo una apariencia más juvenil y fresca.
El lifting facial implica la reposición de los tejidos faciales, la eliminación del exceso de piel y, en algunos casos, el uso de técnicas complementarias como el lipofilling para restaurar los volúmenes faciales perdidos. En este post queremos explicarte qué es un lifting facial y todo sobre esta cirugía facial.
Cuando hablamos de lifting facial solemos pensar en una cirugía que afecta a todo el rostro, pero no siempre es así, ya que las diferentes partes del rostro envejecen a un ritmo distinto y suelen abordarse a medida que el envejecimiento es más evidente en cada zona. Es por ello que la cirugía del lifting facial suele dividirse en tres zonas: el tercio inferior o zona cervical (cuello), que es la zona que antes envejece, el tercio medio (desde la zona de los ojos a la barbilla), que suele combinarse con el de cuello, y tercio superior (la frente y las cejas).
Lifting cervical
El lifting cervical, también conocido como lifting de cuello, se centra en corregir la flacidez y las arrugas en la zona del cuello y la mandíbula.
Se lleva a cabo mediante incisiones estratégicamente ubicadas, mediante las cuales se accede a los tejidos subyacentes para reposicionar y estirar la piel del cuello, así como tensar los músculos del cuello y eliminar el exceso de piel. Este procedimiento mejora el ángulo del cuello y redefine la línea de la mandíbula, proporcionando un aspecto más joven y definido.
El cuello es una de las zonas del cuerpo que antes envejece y se descuelga, por ello es una demanda en pacientes relativamente jóvenes, a partir de los 40-45 años. Es lo que popularmente se conoce como un week-end lifting o lifting de fin de semana, porque es una cirugía relativamente corta con una rápida recuperación.
Lifting de tercio medio
La zona del rostro que va desde los ojos a la mandíbula es el segunda en envejecer y descolgarse después del cuello. La grasa facial cae desdibujando la mandíbula, la pérdida del tono muscular, por ejemplo del pómulo, marca los surcos nasogenianos y las líneas de marioneta y la piel, más flácida, desdibuja los rasgos y los envejece.
El lifting de tercio medio se enfoca en corregir la flacidez y la pérdida de volumen en la parte media del rostro, incluyendo los pómulos y las mejillas. Durante esta intervención, se recolocan los tejidos blandos y se elimina el exceso de piel para mejorar los volúmenes faciales y reducir las arrugas causadas por el paso del tiempo. Este procedimiento rejuvenece los rasgos faciales y restaura la armonía del rostro.
Lifting frontal
En un tercer paso de envejecimiento facial llega el envejecimiento de la frente en el que las cejas acaban cayendo por encima de los ojos. Estamos hablando de un descolgamiento de los tejidos como consecuencia de la edad, por lo que no suele ser necesario la eliminación de mucha piel.
En este caso hablaríamos de un lifting frontal, también conocido como lifting del tercio superior. Con este tipo de técnica se realiza una reposición de los tejidos y músculos para corregir el descolgamiento de la frente y elevar las cejas, lo que mejora la apariencia de la mirada y rejuvenece los rasgos faciales. Este tipo de lifting es el ideal para hacerlo con técnica endoscópica porque minimiza las incisiones que permiten acceder a los tejidos subyacentes para reposicionarlos.
¿Qué son las técnicas endoscópicas?
El lifting facial endoscópico es una técnica menos invasiva que utiliza un endoscopio para acceder a los tejidos faciales a través de incisiones más pequeñas. Esto permite una recuperación más rápida y menos cicatrices visibles.
¿Cuándo se lleva a cabo el lifting endoscópico?
Aunque el lifting facial endoscópico es una técnica menos invasiva, no debería usarse en todos los tipos de lifting ni en todos los pacientes, ya que no es lo mismo un paciente de 40 años que uno de 70. La piel no es igual de elástica ni tiene la misma calidad, aunque no solo es la edad la que marca la calidad de la piel, pues existen otros factores como los genéticos, la alimentación, el consumo de tabaco y alcohol o la exposición al sol que también determinan la calidad de la piel. Pero a rasgos generales si tenemos una piel más joven, elástica y de buena calidad en la que no debamos eliminar mucha piel, podría ser aconsejable un lifting endoscópico, aunque también debe valorarse. Por el contrario, no sería adecuado para todos los pacientes y puede no ser efectivo en casos de flacidez severa o exceso de piel.
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La combinación de lifting y lipofilling es muy interesante para abordar múltiples aspectos del envejecimiento facial, y no solo la flacidez. Cuando estas técnicas se llevan a cabo de manera combinada se suele conseguir unos resultados más integrales y naturales.
Los factores que se dan en un rostro envejecido son la pérdida de la elasticidad de la piel, las arrugas producidas por el envejecimiento cutáneo y la pérdida de volúmenes y grasa facial. El lipofilling nos permite recuperar esa grasa facial y los volúmenes propios de un rostro más joven, por ello es tan importante.
Hoy en día, las nuevas tecnologías para el procesamiento de la grasa antes de su reinserción en el rostro del paciente permiten obtener un injerto de grasa más puro y libre de impurezas, mejorando la viabilidad de las células. Además, las nuevas técnicas de infiltración avanzada permiten una distribución de la grasa más precisa y uniforme, lo que contribuye a resultados más duraderos.
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