En 2020 el cáncer de mama fue el de mayor prevalencia en el mundo superando el de pulmón. De hecho, el año pasado, 34.088 mujeres españolas recibieron la terrible noticia de que sufrían cáncer de mama. Según el Sistema Europeo de Información del Cáncer (ECIS por sus siglas en inglés), este es el tumor más frecuente en España y, de hecho, también en todo el mundo donde 2,3 millones de mujeres fueron diagnosticadas de esta enfermedad solo el año pasado. Ahora, el lipofilling y las mallas biológicas son una gran alternativa en la reconstrucción de mama después de un cáncer de pecho.
Solo en nuestro país, una de cada ocho mujeres desarrollará un tumor mamario en algún momento de su vida. Y aunque suele aparecer entre los 35 y los 80 años, la franja de mayor incidencia en España es la que va de los 45 a los 65. Las terapias y tratamientos avanzan con rápidez para conseguir una mayor supervivencia, pero también una mejor calidad de vida para aquellas mujeres que pasan por la enfermedad. En este sentido, la reconstrucción mamaria después de una mastectomía no solo devuelve la “integridad física” a la mujer que ha pasado por la amputación de una mama, sino sobre todo, le ofrece una mejor calidad de vida y una mayor satisfacción con su autoimagen que contribuyen a su recuperación, a su bienestar y a su felicidad.
¿Reconstrucción mamaria inmediata o mejor esperar?
Si bien es cierto que hay mujeres que prefieren vivir con el resultado del pecho mastectomizado, estas representan solo una pequeña parte. Y son mayoría las que prefieren una reconstrucción inmediata (durante la misma cirugía que elimina el tumor), que las que desean esperar (reconstrucción diferida).
En el sistema de salud pública de nuestro país el tiempo de espera para la reconstrucción no solo depende de la comunidad autónoma en la que reside la paciente que puede esperar entre menos de seis meses y 4 años. Sino también, del hospital al que pertenezca, así en comunidades como Madrid o Cataluña los tiempos de espera pueden oscilar entre un mes en algunos hospitales, a más de dos años en otros.
“La reconstrucción mamaria tiene un claro beneficio en la mujer tanto a nivel psicológico como en su recuperación. Muchas pacientes comentan que la reconstrucción significa cerrar el capítulo del cáncer y recuperar su vida. Verse mastectomizadas les recuerda cada día lo que la enfermedad les arrebató”, puntualiza el Dr. Ivan Mañero, cirujano plástico y CEO de IM CLINIC donde tiene una unidad especializada.
Según Mañero, existen diferentes técnicas de reconstrucción mamaria y el equipo médico que aborda una cirugía de este tipo debe conocerlas y dominarlas todas, “solo de esta manera puedes ofrecer a la paciente lo que realmente necesita, lo mejor en su caso”. Por eso es tan importante que la técnica de reconstrucción escogida para una paciente sea previamente evaluada por un comité de expertos, como el que IM CLINIC pone a disposición de sus pacientes.
Lipofilling y matrices biológicas en la reconstrucción mamaria
En muchas ocasiones, uno de los factores decisivos en la elección de una técnica u otra es si la paciente ha recibido radioterapia o no. Para acabar con el tumor, esta radiación es muy agresiva, pero no es selectiva y afecta a otros tejidos. Los efectos secundarios de esta radiación no son inmediatos, sino que “se van produciendo cambios en los tejidos durante los meses, o incluso, años siguientes al tratamiento”, explica el Dr. Mañero.
Para ganar la batalla a estos tejidos dañados las nuevas matrices biológicas y la técnica de lipofilling han demostrado su eficacia y “son opciones que hay que valorar, especialmente, si la paciente ha pasado por la radioterapia”.
Las matrices biológicas:
Son mallas acelurares, algunas de ellas sintéticas y otras realizadas a partir de pericardio animal que refuezan el polo inferior del músculo pectoral, aportando así una protección adicional. De esta manera, proporciona a la mama un tejido elástico que reduce complicaciones como la extrusión, la malposición o el encapsulamiento de la prótesis.
Además, estimulan la respuesta regenerativa del organismo receptor y son compatibles con el uso de expansor, prótesis o la técnica de lipofilling. “No se están utilizando de manera generalizada por su elevado coste pero, en la reconstrucción postmastectomía, permite resolver problemas que antes parecían imposibles de solucionar como el encapuslamiento, muy habitual en mamas irradiadas”, aclara el Dr. Mañero.
El lipofilling:
O el uso de grasa autóloga se ha convertido en una técnica casi imprescindible para conseguir una buena reconstrucción. Sus ventajas son múltiples: es un relleno natural biocompatible, no existe rechazo y no afecta al desarrollo de la enfermedad. Además, esta técnica es adaptable, es decir, se puede usar como técnica para reconstruir todo el pecho mastectomizado o como complemento, para conseguir resultados más naturales y bonitos. El lipofilling permite corregir defectos, asimetrías y redondeces, además de mejorar la calidad de los tejidos.
“Lo ideal es que la reconstrucción sea inmediata y que el cirujano que elimina el tumor vaya de la mano con el cirujano plástico que realizará la reconstucción. Cuando la reconstrucción es diferida, es imprescindible hacer una evaluación de la paciente para hacer un planteamiento personalizado y diseñar una reconstrucción a medida, porque no todas las mujeres necesitan la misma técnica. Existen muchos factores a evaluar: la calidad de piel del pecho operado, el estado de la mama contralateral (no operada), la cantidad de grasa corporal de la paciente, las expectativas y necesidades de la mujer… Todo ello nos permite tomar una decisión individualizada para conseguir el mejor resultado”, concluye el Dr. Ivan Mañero.
Resultados de la cirugía de reconstrucción mamaria postmastectomía
Aquí encontrarás algunos resultados de reconstrucción de pecho después de una mastectomía. Si necesitas más información, no dudes en ponerte en contacto con los expertos de IM CLINIC. Ellos te aconsejarán la mejor técnica en tu caso para conseguir un pecho bonito y natural.