Una de las cosas que más preocupan a las pacientes cuando se van a someter a esta intervención, es cómo será el aspecto final de las cicatrices. En este artículo explicamos con todo lujo de detalles cómo evolucionan las cicatrices de una reducción de mamas o mamoplastia de reducción, cuál es el resultado final y, además, los motivos por los que apostar por esta cirugía.

Cuando uno se somete a una intervención quirúrgica, la formación de cicatrices es algo inevitable. Por ello, el objetivo del cirujano será diseñar las incisiones para que las cicatrices queden lo más camufladas posibles, como la que se realiza a nivel del surco submamario y que se esconderá en el pliegue, y realizar una sutura que permita obtener los mejores resultados.

Es importante realizar un buen postoperatorio y seguir las recomendaciones médicas, con el fin de lograr una buena cicatrización y que las cicatrices sean lo menos visibles. Hay que tener en cuenta que, aunque al principio se podrán ver ciertas marcas, estas se irán disimulando con el paso del tiempo.

Los motivos que llevan a una persona a realizarse una reducción de mamas no son sólo estéticos, sino que también se deben habitualmente a problemas producidos por un exceso de tejido mamario.

Las razones principales suelen ser:

  • Dolor de espalda, cervicales y hombros
  • Complicaciones para encontrar talla de sujetadores y ropa
  • Incomodidad o dolor al realizar deporte
  • Complejos y afectación a nivel psicológico

Las incisiones que se realizan en una reducción mamaria dan como resultado unas cicatrices que son conocidas como “T” invertida o ancla. Estas cicatrices se sitúan alrededor de la areola, verticalmente hasta el surco submamario y de forma horizontal siguiendo este surco.

Las heridas en este tipo de intervención tardan en curar unas 3 – 4 semanas aproximadamente. Pero, hay que tener en cuenta que, para que las cicatrices se disimulen o suavicen pueden pasar hasta 2 años.

De este modo, podemos resumir la cicatrización en 4 fases claras:

Primera fase (2 a 4 semanas)

Es el periodo en que las incisiones se curan y se cierran. La paciente puede llevar algún tipo de apósito o gasa para proteger el área afectada.

Segunda fase (6 semanas)

En esta etapa las cicatrices se ven algo rojas, inflamadas y pueden tener un poco de relieve. Es un proceso totalmente normal.

Fase de maduración (4 meses)

Durante esta fase el aspecto de las cicatrices se va suavizando poco a poco. La paciente notará que las cicatrices se van aplanando, que el color será menos intenso y que puede ir cambiando de rojo a rosado.

Fase final (6 meses a 2 años)

En esta última fase las cicatrices madurarán por completo volviéndose más blancas y menos visibles.

La cicatrización de heridas es un mecanismo natural del cuerpo para reparar y reemplazar el tejido dañado. Los cuidados de las cicatrices son importantes tanto para el cierre de las heridas, como para que el resultado final sea bueno y prácticamente imperceptible.

Estos son los principales cuidados postoperatorios de la cicatriz a tener en cuenta:

  • Hasta el cierre completo de las heridas se debe mantener la zona limpia y seca, por lo que se deben seguir las siguientes recomendaciones; limpiar las heridas diariamente con agua y jabón, secarlas muy bien y de forma cuidadosa para evitar que estén húmedas y aplicar antiséptico tópico. Además, colocar gasas a modo de protección.
  • En los casos en los que se coloquen steri – strips sobre las heridas, estos deben secarse muy bien tras la higiene diaria con aire frío de secador, y se puede aplicar sobre los mismos antiséptico tópico
  • Tras la intervención se recomienda realizar reposo relativo y no hacer esfuerzos ni manipular pesos con las extremidades superiores, con el objetivo de evitar complicaciones en las heridas.
  • Una vez cicatrizadas las heridas, se recomienda realizar un masaje suave con crema hidratante sobre las cicatrices una vez al día, para una mejor maduración de las mismas.
  • El uso de parches de silicona puede ayudar a disminuir el enrojecimiento, la inflamación y el volumen de las cicatrices. No obstante, no se recomienda utilizarlos hasta pasados 3 o 4 meses, que las heridas hayan cicatrizado. El objetivo es ayudar a reducir las cicatrices hipertróficas.
  • Se debe evitar el consumo de tabaco, alcohol y drogas, ya que estas sustancias pueden ocasionar complicaciones tanto a nivel sistémico como en la cicatrización.
  • Para potenciar la curación y la regeneración de la dermis, se recomienda mantener una buena hidratación y seguir una dieta saludable rica en proteínas.
  • No se debe tomar el sol hasta que las heridas estén curadas. Una vez que hayan cicatrizado, es imprescindible usar una crema de protección solar elevada.

Debemos tener en cuenta que cada persona es distinta,y por tanto el resultado final va a depender de varios factores como pueden ser; la edad, la calidad de la piel, la genética, el estilo de vida, e incluso, los cuidados postoperatorios que realice la paciente.

Aunque lo habitual es tener las cicatrices rojas y con algo de volumen los primeros 6 meses, estas se van a ir suavizando con el paso del tiempo, consiguiendo al final que la cicatriz sea una línea plana y blanca. En el caso de no ver una mejoría o de que empeoren, es conveniente consultarlo con el médico, ya que, hoy en día existen varios tratamientos específicos que pueden mejorar el aspecto de las cicatrices. ¡No lo olvides!

La evolución de las cicatrices de una mamoplastia de reducción es un proceso lento y gradual que requiere de cuidados y paciencia. Por lo tanto, aunque al principio veas las cicatrices algo rojas y con relieve, piensa que con el tiempo éstas se irán disimulando.

Si deseas más información, no dudes en contactar con nosotros y nuestro equipo resolverá tus dudas.

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