Los resultados de esta cirugía estética son muy buenos, ya que permite conseguir un vientre plano y firme y una cintura mucho más definida. De este modo, siguiendo este proceso quirúrgico se consigue eliminar toda la piel sobrante de los músculos abdominales.

Es clave tener en cuenta que, a pesar de que los resultados de la cirugía de abdomen perduren en el tiempo, lleves a cabo una dieta equilibrada y practiques ejercicio físico con cierta regularidad. Además, para conseguir una recuperación rápida y que los resultados definitivos sean evidentes, es recomendable andar mucho. Tu cirujano plástico te indicará cuándo empezar con los tratamientos terapéuticos postoperatorios para conseguir una recuperación más rápida.

También, cabe tener presente que será necesario llevar una faja compresiva durante el primer mes, periodo a partir del cual podrás de nuevo reiniciar la actividad deportiva.

Para realizar la abdominoplastia, el cirujano hace una incisión de forma horizontal por encima del vello púbico (igual que una cesárea). Esta puede alargarse hasta la cadera, dependiendo de la cantidad de piel y el exceso de grasa que haya que extraer. Las cicatrices quedan ocultas tras la línea prepubiana, donde pasado un año aproximadamente, se irán haciéndose prácticamente imperceptibles, si se lleva a cabo un cuidado adecuado.

Después de la ducha, es aconsejable secar muy bien las cicatrices con aire frío (nunca caliente) aplicado con un secador de pelo. Debes tener especial cuidado al secar las cicatrices.

Durante el postoperatorio de la abdominoplastia, tanto la piel como la grasa restante pueden estar algo inflamadas, con retención de líquidos, e incluso edema, durante varias semanas. Por este motivo, se recomienda usar una faja especial después de la intervención, la cual evita la acumulación de líquido y acelera la recuperación.